El melancólico y el flemático se miran adentro, algo que enriquece la vida interna pero que debe compensarse con estímulos externos.
La mezcla de melancólico-colérico puede ser una compensación o puede ser una serie de bandazos entre dos polaridades.
En los coléricos se presentan, en paralelo las mayores capacidades de liderazgo con la posibilidad de ejercerlo de la forma más déspota
El temperamento sanguíneo Características del temperamento sanguíneo El temperamento sanguíneo se caracteriza por vivir fundamentalmente pendiente […]
El temperamento flemático es aquel que parece atender más a las necesidades de recuperación de su cuerpo que a la acción física.
El temperamento melancólico se caracteriza por un exceso de percepción de lo doloroso o que lleva a la persona al recuerdo del sufrimiento.
La historia de los temperamentos arranca en Hipócrates aunque fue desarrollada por Teofrasto y completada por Rudolf Steiner.