La personalidad
Al temperamento constitucional forjado por el carácter (aquí puedes leer sus diferencias) se le añade la personalidad. Y es esta la que resulta el motor del cambio en el coaching.
Esta personalidad viene determinada por el Yo más profundo de la persona. Aunque durante las dos primeras décadas de la vida se la puede intuir solo a partir de los veinte años es donde se muestra en todo su esplendor.
Existe una parte profunda en el ser humano que aspira a poder guiar al hombre hacia su máximo desarrollo personal. Lo que en el coaching se ha dado en llamar, la mejor versión de uno mismo.
La personalidad como resultado de la integración y el pensar acerca de las experiencias vividas
La personalidad aparece cuando en el temperamento y en el carácter se integran las diferentes experiencias biográficas. Esta incorporación se lleva a cabo cuando se piensa acerca de lo vivido y se reflexionan las preguntas existenciales.
Alcanzamos en ese momento una mismidad que es capaz de observar nuestros comportamientos como si lo hiciera desde fuera, con objetividad.
La personalidad como motor que va más allá
Una vez que se toma conciencia mediante el pensar de lo que uno ha vivido aparece la capacidad para dirigir la propia vida.
Aparece un equilibrio interior que permite tomar el mando de la voluntad propia integrando los sentimientos y el pensar para llegar a la acción consciente.
Así, esta personalidad puede sobreponerse al carácter y es trabajando con ella dónde se pueden obtener los mayores cambios con el coaching.
Se pueden observar en las historias arquetípicas lo que Joseph Campbell llamó El camino del héroe. Este recorrido comprende una evolución desde una persona con un temperamento apocado, y de poco carácter que evoluciona tras un desarrollo a convertirse en toda una personalidad realizando un acto heroico.
La personalidad en el coaching
Para realizar cualquier tipo de trabajo biográfico se debe realizar desde la personalidad del cliente. Sólo en presencia de su Yo podrá dirigir la mirada hacia recuerdos de la infancia difíciles. Y, también, será solo desde un adulto sano desde dónde podrá tomar las determinaciones de su futuro y podrá seguir siendo autor de la vida propia.