El principio de pertenencia dice que todos tienen igual derecho para pertenecer a su sistema familiar
Uno debería pertenecer a aquella en la que ha nacido, aunque no siempre resulte tan sencillo.
El origen en el Principio de pertenencia a la familia
Más allá de la relación que uno tenga con su familia, existe un vínculo indestructible y que marca el origen que cada uno tiene. Los antepasados, padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, ciudad y país de nacimiento le conforman a cada persona sienta o no sienta orgullo por su procedencia.
Conectar con los padres y antepasados
Anne Ancelin Schützenberger fue una pionera en mostrar el papel que poseen los ancestros dentro de la vida de las personas, ya sea de forma consciente o inconsciente.
Jan Jacob Stam menciona que el origen forma parte de la vida y que mirar hacia los antepasados es como conectarse con un corriente de un río que nos ha traído hasta aquí.
Los padres dan la vida, la misma que ellos recibieron de los suyos y a su vez estos de sus padres, y sucesivamente.
Uno ha podido perder la sintonía con los padres, incluso tener en la actualidad una relación deteriorada. Sin embargo, el vínculo trasciende a todo eso, dado que este va más allá de lo que haya en este momento o hubiera en el pasado. El vínculo es perfecto porque los padres simbolizan el don de la vida.
Así que quien no está agradecido a sus padres, no puede acoger lo que le viene de ella. Muchos de los enredos de la vida tienen que ver con esto. Algo que Hellinger resume en la frase «el éxito tiene la cara de la madre».
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Este principio puede verse alterado generando problemas con consecuencias que llegan hasta la madurez de la vida.