El noveno septenio (56-63 años) se rinden cuentas de aquello que se ha llevado a cabo en la vida y las peronas pueden alcanzar la sabiduría.
Alcanzar la sabiduría
Se puede alcanzar la sabiduría que no debe confundirse con el conocimiento.
A lo largo de toda la etapa profesional se han ido adquiriendo conocimientos que han permitido que en el septenio anterior se haya podido alcanzar la maestría.
Sabiduría más allá de conocimiento
La sabiduría trasciende la suma de conocimientos aprendidos. Albert Einstein decía que cada día conocemos más y entendemos menos. Existe una transformación interna de toda esa información que se ha obtenido. El sabio es aquel que conoce la Verdad y que es capaz de transmitirla dando luz a los demás, pero sin imponerles nada.
La sabiduría, experiencia cristalizada
Proviene de la experiencia adquirida a lo largo de la vida. Rudolf Steiner que la sabiduría o era otra cosa que el sufrimiento cristalizado. Es decir, que todos los momentos difíciles y crisis que se viven a lo largo de la vida van siendo aquello que el ser humano pueda transformar en sabiduría.
La sabiduría, una armonización del pensamiento, la voluntad y los sentimientos
El sabio no es aquel que conoce, sino el que obra y actúa conforme a lo que piensa y siente. Cuando se encuentra un sabio de esta edad o superior se puede comprobar como es capaz de emocionarse con la belleza o tener ojos siempre nuevos para el mundo.
También resulta característica la modestia que suele acompañar a los verdaderos sabios que le aleja de cualquier presunción y que han ido ganando con los años.
Dificultades del noveno septenio
Problemas de salud
Con el paso de los años pueden aparecer ya problemas de salud y algunas enfermedades degenerativas que no se habían presentado hasta ahora.
Pérdida de memoria
En este septenio pueden aparecer pequeñas pérdidas de memoria que pueden ser minimizadas con el mantenimiento de la actividad intelectual, especialmente aquella que desarrolla lo más profundo del ser humano.
Revisión de lo que se ha hecho y toma de conciencia de lo «por hacer».
Aparece el desafío de ordenar y observar aquello que no se ha llevado a cabo en esta existencia.
Esta revisión puede adoptar una forma de crisis en las personas que toman conciencia que muchos de los proyectos que se plantean para un futuro y que sienten angustia por ello.
También puede aparecer cierto arrepentimiento por no haber aprovechado del todo las oportunidades que había brindado la vida.
Otro de los problemas es que a pesar de que la persona se siente perfectamente capacitada para desarrollar su labor profesional vé que ya no se le tiene tan en cuanta como antes y comienza a presentir el final de su actividad , algo que ocurrirá en un tiempo ya no tan lejano