Meditar con un texto
Meditar con un texto es poder elevar la conciencia de los pensamientos, siendo uno de los mejores ejemplos de meditación occidental.
Elegir el texto
Se pueden elegir muchos tipos de textos
Libros sagrados
La meditación más clásica apoyada en un texto ha sido la del empleo de libros religiosos.
Ya sea la Biblia, Antiguo o Nuevo Testamento, los Vedas, el Bhagavad-Gītā, el Corán, libro tibetano de los muertos, etc, son lecturas que pueden permitir el inspirarse y el sumarse a las oraciones de muchas personas a lo largo de siglos.
Poesías
Los poetas son escritores inspirados. Sus versos pueden resultar algo crípticos en una primera lectura, pero tras una meditación con ellos puede descubrirse el maravilloso tesoro que poseen encerrado.
Son capaces de poner en palabras, mediante su arte, lo inefable, lo que no puede ser descrito con un lenguaje normal. Lo espiritual, lo que no puede ser conceptualizado, puede presentarse como alegoría que permita a nuestra mente imaginativa hacerse una representación de aquello que están expresando.
Por ejemplo Rumí, o San Juan de la Cruz.
Los mitos clásicos
Una lectura pausada de las diferentes mitologías (griega, eslava, nórdica, etc.) lleva a la conclusión de que son grandes mentiras que cuentan grandes verdades.
Una lectura sosegada y profunda permite que las poderosas imágenes que encierran puedan desplegarse hasta contarnos esas grandes alegorías que siguen vigentes hoy en día.
Textos periodísticos
En la actualidad existe una dificultad para poder discriminar la verdad de todo lo que se lee en los medios de comunicación. Una buena forma de poder encontrar la opinión propia es confrontándola en la intimidad con la opinión pública.
Meditar una frase
Por su importancia en la meditación antroposófica, le dedicamos al trabajo con una sola frase un artículo completo
Una sola palabra
Aunque una sola palabra no pueda ser considerada un texto en sí, no podemos dejar de recomendar la posibilidad de trabajar una sola palabra y repetirla internamente.
¿Cómo meditar con un texto?
Encontrar un espacio y un tiempo suficiente de tranquilidad.
Realizar una primera lectura.
Trabajar la imaginación
Se trata ahora de recrear las imágenes del texto. Concebir representaciones del escenario y del paisaje. Luego se pueden vincular más sentidos, tratando de figurarse que se oye, qué temperatura hace, que olores y aromas impregnan el aire, etc.
Trabajar la inspiración
El siguiente paso es el de tratar de sentir aquello que hayan podido sentir los protagonistas del relato. En el caso de un libro religioso, que sintieron ante la mirada de Jesús aquellos a los que curaba, o, como la vivían los discípulos de Buda
Trabajar la intuición
El último escalón para profundizar en un texto de forma meditativa consiste en poder llegar a fusionarse con el propio texto para convertirse en el Verbo. Obviamente no todos los textos contiene ese Logos, pero en los libros inspirados antes mencionados y en muchas poesías si que se encuentra-
Huir de dos peligros
Cuando uno está intentando elevar el pensar debe prestar atención a dos posibles peligros
Sumirse en las emociones
En el segundo paso se ha mencionado el hecho de poder identificar esas emociones, incluso la posibilidad de poder percibirlas en uno mismo. Pero, a observación de este impacto emocional debe no dejarse arrastrar por él, tal y como se hace en la retrospectiva de cada día.
Irse a la reflexión
La elevación del pensar no consiste en encontrar argumentos. No es reflexionar y encontrar argumentos que apoyen nuestros razonamientos.
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