Triángulo dramático de Karpman y la biografía
El estudio del Triángulo Dramático de Karpman y la biografía permite encontrar aquellos enredos que se han tenido a lo largo de una vida y hallar la manera de salir de ellos.
Procedencia del Triángulo Dramático de Karpman
Karpman presentó el triángulo dramático en el año 1968 dentro del modelo psicológico que se emplea en el análisis transaccional creado por Eric Berne.
Descripción del Triángulo Dramático de Karpman
Este triángulo se basa en el rol que dos o más personas pueden desempeñar en su relación. Aparecen tres papeles fundamentales:
Víctima
La persona que se considera, o acepta el papel de víctima se queja continuamente haciendo culpables a los demás de su situación. Puede llegar manipular para no asumir su responsabilidad. Necesita encontrar para ello un agresor. Además, atrae de manera inconsciente a un salvador que la rescate de su drama del cual la víctima se siente incapaz de salir.
Se la dibuja en el vértice de abajo del triángulo porque se sitúa siempre en un plano de inferioridad.
Agresor o perseguidor
El agresor desempeña el papel de coaccionar, perseguir, amenazar y ejercer de diferentes maneras el poder sobre la víctima. Se queja continuamente y se muestra intransigente en todo momento. En mayor o menor medida, no deja de ser una víctima que ha encontrado esta manera dramática de salir de su supuesto daño.
Salvador
Presta ayuda sin que se la pidan, para lo que busca, de forma continua, gente que le «necesite«. Trata de crear relaciones en las que las otras personas dependan de él. En la forma de sobreproteger a la víctima no atiende a las verdaderas necesidades de esta, sino que soluciona sus problemas. En ocasiones, muestra su supuesto sacrificio a los demás para ser loado y admirado, generando en los otros culpa por «causarle tantas molestias».
Los tres papeles rotan continuamente
En el momento que la víctima manipula para culpar al otro de su responsabilidad se convierte en agresor.
Este, a su vez, no es más que una víctima que no sabe cómo resolver de forma responsable su situación. Por ello trata de encontrar a otra persona a la que culpabilizar.
La forma de «sacrificarse por los otros» del salvador genera culpa en ellos. Esta se convierte así en una forma de agredirlos, creándose un papel de víctima con el que culpabiliza a los otros.
Como salir del triángulo
La manera de salir de este triángulo es tomando conciencia de él.
Para ese despertar conviene asumir que toda la responsabilidad de la felicidad y bienestar propia recae en uno mismo.
Cada uno ha de observar cual es el papel que está desempeñando. Requiere detenerse evitando la reacciones rápidas e impulsivas, siendo la meditación de gran ayuda para este proceso.
Otra manera es buscando un equilibrio entre el dar y el tomar en las diferentes relaciones que le implican a uno.
No se debe dar el poder de cubrir la necesidad de reconocimiento que cada uno tiene a los otros, algo que requiere de un cierto trabajo en la autoestima.
Resulta muy sanador poner límites, especialmente, a las personas ante quienes uno se siente invadido.
Se debe respetar el destino de la otra persona pudiendo acompañarle en su camino, pero no tratando de llevarle hacia el nuestro.
Tomar conciencia de que tu sufrimiento no le quita sufrimiento a los demás
Trabajar el agradecer y el encontrar siempre que se pueda el lado positivo de la vida
Empoderarse, pero no tratando de imponerse y tomando conciencia de que el que quiere tener razón es el ego, no el Yo
Perdonar y perdonarse
Es importante destacar que en el momento que uno de los personajes deja de «representar» su rol, de alguna manera, obliga al otro a dejar de «jugar».
¿Cómo transformar los tres papeles del triángulo dramático?
La víctima
Es la que ha de trabajar en su autoestima. Esta persona que conoce perfectamente el dolor y sufrimiento propio, puede ayudar a los otros a salir del suyo, haciéndolo desde el papel del buen samaritano.
El agresor
El trabajo de él es tomar conciencia de en donde se encuentran las causas de su rabia. Cuando se hace cargo de sus propias heridas se puede convertir en un líder, en un emprendedor, que puede plantear desafíos a los otros pero sabiendo empatizar con ellos para sacar lo mejor de ellos.
El salvador
Puede metamorfosear ese papel de salvador en el de facilitador o acompañante que permite que los otros se hagan responsables de sus vidas
El triángulo dramático en la biografía
En las relaciones a lo largo de la vida pueden aparecer cualquier de los tres papeles en forma más o menos acusada.
Por desgracia, el papel de agresor está presente en demasiadas familias y parejas. En la actualidad se están tematizando los malos tratos que son la punta del iceberg de muchos triángulos dramáticos que existen.
En la familia muchos hermanos mayores asumen de forma natural el papel de salvadores de sus hermanos pequeños. También muchos padres o madre pueden sobreproteger a sus hijos.
A su vez, y a medida que los hijos crecen, pueden llegar a tratar de devolver la deuda que sienten que poseen con sus padres por haberles dado la vida. Esta es inasumible y por ello intentan hacer todo lo posible para salvarlos rompiendo el orden propio de la familia.
Muchos padres/madres consideran que han entregado la vida por sus hijos y que estos se han ido de casa, no habiendo sido suficientemente agradecidos con ellos. «Con lo que yo he hecho por ellos….» Se dice que el infierno está repleto de madres abnegadas.
El triángulo dramático en el Coaching biográfico
Desde el coaching biográfico se puede trabajar muchas de estas situaciones. Podemos acompañarte en la toma de conciencia de algunos triángulos dramáticos presentes en la vida.
Si te has sentido identificados en alguno de los roles y no puede salir de ahí contacta con nosotros