La crisis de los talentos

La crisis de los talentos

La crisis de los talentos es una de las muchas crisis que acompañan nuestra biografía y que Gudrun Burkhard sitúa en torno a los 28 años, es decir entre el el cuarto y quinto septenio.

Rudolf Steiner denomina a este periodo hipomoclion, un término que proviene de la mecánica y hace referencia al punto de apoyo de la palanca. Es aquel en el que el movimiento es poco perceptible, pero que, sin embargo, permite un desplazamiento mayor y ampliar el efecto de una fuerza.

Marco de la Crisis de los talentos

Ya ha quedado atrás la búsqueda de las experiencias propias del tercer septenio y al entrar en el cuarto la persona necesita definir y desarrollar ya su lugar en el mundo

¿Por qué de los «talentos»?

Es el momento en que la persona se pregunta qué ha de hacer con los talentos que ha traído a esta vida como se refleja en la parábola evangélica. Puede enterrarlos y ponerlos a buen recaudo, malgastarlos o ponerlos al servicio del mundo.

¿Cómo trabajar la crisis de los talentos?

Para abordar esta crisis se puede hacer mediante el 生き甲斐 ikiɡai, un concepto japonés que se puede traducir por razón de ser.

Ikigai talentos

Buscar el talento propio

Cada uno ha nacido con una serie de cualidades y talentos en los que destaca por encima de la media. Algunos poseen una inteligencia alfa-numérica sin igual. Otros están dotados para el deporte, otros poseen excelentes capacidades sociales. etc. Todo el mundo tiene esas fortalezas que en ocasiones no se reconocen desde el interior de la persona, por lo que puede resultar muy útil dejarse acompañar por alguien que te ayude a descubrir tus talentos.

Buscar aquellos que gusta o que mueve

Existen actividades que nos motivan, que nos gustan, incluso que nos hacen vibrar. No siempre coincide con aquellas para las que estamos capacitados. Muchos niños quieren ser futbolistas de éxito o actores y no poseen el talento suficiente para ello. No quiere decir que renuncien a hacerlo, aunque no destaquen, pero será más complicado que puedan obtener un sustento con ello. También la pasión puede hacer que desarrollemos los talentos más escondidos.

Buscar cómo hacerlo rentable o sostenible

El dinero permite que hagamos intercambios de bienes y servicios. Por tanto, si queremos vivir en la tierra necesitamos algo de él para subsistir.

Además todo trabajo debe estar equilibrado con una recompensa y en muchas ocasiones esta es monetaria.

Por tanto, al encuentro del talento y de la satisfacción por hacerlo se le debe unir el tema económico o de sostenibilidad.

Lo que el mundo necesita

Todo aquello que llevemos a cabo pueda contener un beneficio para la humanidad y el mundo, ya sea a gran o a pequeña escala.

Cada vez hay más personas que se plantean si su trabajo responde a un propósito superior, conectándose con una parte trascendente. Esa parte que nos hace revisar cómo dejar un legado de mejora con nuestra actuación y nuestro paso por el mundo.

Integrar lo más posible

Consiste en tratar de encontrar ese ikigai, la intersección entre las cuatro vertientes de cara a poder desarrollar la realización personal y que el mundo se beneficie de ello.

El diagrama más arriba muestra claramente que ocurre en el ikiɡai cuando está presente cada una de las dimensiones y que son cuatro elementos igual de necesarios.

¿Te reconoces en una crisis de los talentos?

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