El Carácter investigador
Características del investigador
Las personas con un carácter investigador tratan de descubrir el funcionamiento del mundo y de aclarar las causas y efectos de los diferentes fenómenos en el mundo. Miran el fondo de cualquier fenómeno para deducir las leyes objetivas
Algunos de ellos más trascendentes consagran su vida tratando de descubrir las huellas de lo espiritual en el mundo físico
Virtudes del carácter investigador
Son estudiosos y con una alta capacidad de sacrificio.
Cuando se les delega una responsabilidad no suelen defraudar, aunque para ello hayan de invertir tiempo, algo que logran gracias a su temperamento flemático.
Suelen ser profundos en sus análisis que suelen estar bien fundados con argumentos objetivos, aunque teñidos de cierta frialdad.
Riesgos del carácter investigador
Suelen ser bastante individualistas e introvertidos, algo que hace que les cueste colaborar e interactuar con otros no posean los mismos intereses.
Pueden llegar a resultar obsesivos con el objeto de su investigación hasta llegar a convertirse en raritos. Esa singularidad suele venir acompañada de falta de alegría y de cierto pesimismo e ideas reiterativas con la muerte.
Su capacidad de especializarse en algo concreto le puede llevar a un cierto alejamiento del mundo, pudiendo conducirles hasta «saber todo de nada» y si se descuidan «nada de todo». Algo que les puede convertir en maniáticos, aburridos, plúmbeos y fanáticos. Desde el exterior este ensimismamiento les puede hacer parecer despistados y en su mundo. En algunos casos pueden acompañarse de cierto desaliño en su manera de vestir.
Posibles desarrollos profesionales
Como su nombre indica son personas que pueden investigar, ya sea como científicos o como detectives, arqueólogos, etc.
Su búsqueda de lo trascendente les convierte en personas con inclinaciones religiosas profundas que pueden llevar hasta lo profesional, como pueden ser las personas de vida contemplativa o el sacerdocio ejercido en diferentes religiones.