El ejercicio de la observación de un simple objeto durante unos minutos diarios permite alcanzar el dominio de pensamiento propio.
Clasificar una crisis no la soluciona, pero puede ser una buena herramienta para tomar distancia de ella y que esto permita salir de ella. Así existirán las que tengan su origen en el pensar (económico laboral), afectivas y del hacer (corporales).