Transformar tu herida en tu vocación
Siempre existe la posibilidad de transformar tu herida en tu vocación, siendo el primer paso el tomar conciencia de ella.
La herida
Todos traemos una herida primordial, de la que el tomar conciencia es el primer paso para superar.
Al mismo tiempo, esta herida nos habla con toda claridad de que es aquello que nos atañe, Ese dolor nos apela y nos pone en un contacto directo con aquello que hemos venido a hacer a este mundo.
Cada vez más corrientes psicológicas, de coaching y filosóficas hablan del niño interior herido o de esta herida primigenia. En algún momento de la infancia ocurre un hecho, ya sea aislado o repetido, que deja a ese niño con un daño profundo,
Así, un padre autoritario, la ausencia de mirada tierna de una madre, sentirse menos en el colegio, la muerte o separación de un ser querido, los malos tratos repetidos, pueden ser entre otros muchos casos ese daño que dejarán al niño interior herido.
En el caso de la herida importa poco si esté desencadenada por un hecho real o imaginario, ya que ese dolor será de parecidas dimensiones.
Sanar esa herida
No siempre se puede sanar solo esa herida, siendo necesario, en ocasiones, la asistencia de un profesional.
La herida del niño mirada desde el adulto
Es el adulto el que pueda mirar esa herida y hacerlo evitando cualquier juicio, desde a confianza en que disponen recursos para poder trascenderla, ese es el verdadero sentido del coaching biográfico.
Con el tiempo se puede llegar hasta una total aceptación de lo que ocurrió y se puede llegar incorporar como aquello que fue necesario para crear la propia biografía.
Descubrir esa herida y las emociones que la acompañan
En ocasiones descubrir esa primera herida no resulta sencillo.
Se suele acompañar de emociones de alta intensidad como pueden ser la tristeza y la ira, que se entrelazan hasta hacerse irreconocibles. Se requiere tirar del hilo para poder identificar cual es la emoción primaria y que es lo que la ocasiona. Este sentimiento primigenio dará las claves para hallar esa primera herida.
El sentido de la vida
Cualquier persona viene a este mundo con una tarea por realizar en su vida y será la realización de esta lo que dote de sentido a su existencia.
Algunas personas parecen ignorar esta empresa o llamado, toda la vida, otras lo descubren desde temprano y ponen un gran empeño en desarrollar aquello que han venido a trabajar.
Los más, se topan de bruces con el hecho de tener una misión al atravesar una crisis que les hace replantearse la vida por la que hasta ahora transitaban
La libertad de seguir ese llamado
La respuesta a esa vocación no está determinada y cada persona puede responder afirmativamente o negarse a ese llamado.
Pero la verdadera libertad consiste en ser capaz de poder responder a la misión con toda la fuerza y la energía, alejando cualquier tipo de traba y siendo verdaderamente independiente de las circunstancias. Eso se logra cuando uno es capaz de conectarse con su ser interior y esencial, el Yo superior.
De la herida sanada hacer la misión
La segunda parte de la biografía coincide con el periodo profesional. Así, si se ha conseguido trascender y atravesar el daño ocasionado por la herida se buscará como compensarlo ayudando a otras personas
Así, por ejemplo, si se ha sufrido abandono, se puede buscar una profesión que se dedique a acompañar a las personas más olvidadas, si no se ha tenido la mirada de la madre se puede uno convertir en un padre presente, etc.
Es la metamorfosis de esa herida con la que se entra en el mundo la que puede hacer que tenga sentido toda la vida y lo que se haga en ella el día que toque salir.
A veces la vida te para los pies, para permitirte sacar tus alas…