Conocer los aspectos negativos de la educación en el segundo septenio puede disminuir la influencia que estos pueden tener.
Hombres y mujeres afrontan su sexto septenio (35 a 42 años) de manera diferente.
Los riesgos del sexto septenio consisten en acallar la pregunta existencial; tentación del poder o tratar de frenar a toda costa la decadencia física.
En el aparentemente tranquilo quinto septenio existen riesgos como el egótico, el de fanatizarse, el reactivo o de imitación o el de acomodarse al rol
A nivel exterior en este quinto septenio existe un desarrollo profesional y se ejerce ser padre o madre, por lo que lo social disminuye.
En el quinto septenio se deben integrar cabeza y corazón buscando la verdad y observando la propia biografía. Siempre se debe respetar que la forma de llevarlo a cabo de hombres y mujeres puede diferir.
En el séptimo septenio y, a pesar del declive físico aparecen fuerzas para responder a las preguntas trascendentales que se formularon en la etapa anterior.
El desarrollo interior durante el segundo septenio tiene un periodo importante de sufrimiento en torno a los diez años. Durante este periodo se manifiesta el temperamento de cada niño y se acogen los mandatos y hábitos.
La apertura a la escuela es uno de los aspectos externos del segundo septenio, dónde puede conocer la autoridad amada del maestro. Además es un periodo de mucho movimiento y en dónde el niño quiere conquistar el mundo. Para ello debe ser consciente de las consecuencias de sus hechos.