El desarrollo interior durante el segundo septenio tiene un periodo importante de sufrimiento en torno a los diez años. Durante este periodo se manifiesta el temperamento de cada niño y se acogen los mandatos y hábitos.
La apertura a la escuela es uno de los aspectos externos del segundo septenio, dónde puede conocer la autoridad amada del maestro. Además es un periodo de mucho movimiento y en dónde el niño quiere conquistar el mundo. Para ello debe ser consciente de las consecuencias de sus hechos.
En el segundo septenio el niño desarrolla su temperamento, comienza su vida social, recibe los llamados mandatos y forma sus hábitos de por vida.