A partir de los 63 años la biografía ya no se encuentra descrita porque resulta tan individual que resulta difícil ajustarse a patrones.
Acaba la vida profesional (a los 65 años) y más de los 70 uno puede sentir la libertad de haber cumplido con las expectativas. Por tanto, lo que le queda puede vivirlo como un regalo que puede llenar de libertad y creatividad.