Durante el sexto septenio (35 a 42 años) la persona siente que la pregunta de su vida torna de ¿Que tiene la vida para ofrecerme? a ¿Qué tengo yo para ofrecerle al mundo?

Las grandes preguntas del sexto septenio

A partir de los 35 años ya cada uno es lo que le toca ser ya no son las circunstancias o las relaciones lo que marca el camino, sino las decisiones propias.

Toca ser el jefe de uno mismo y despertar esa conciencia.

Desde el punto de vista de Gustav Jung este es periodo de la individuación de la persona. Es decir el momento que se comunica (lo opuesto de la división).

Los dos caminos ante estas preguntas

Ante estas preguntas existenciales existe la posibilidad de acallarlas, uno de los riesgos de este septenio y que describe en este artículo.

En este septenio es como si tuviéramos dos caminos ante nosotros y ya no existe la senda trazada como ha sido hasta ahora en la biografía.

Ya no está todo tan determinado como ha sido hasta ahora y aparece una verdadera libertad personal que va más allá de cumplir las expectativas que depositaron en nosotros o que nos creamos nosotros

La otra posibilidad es la de afrontarla, siendo este el momento de ampliar conciencia, poniéndose a disposición de algo más grande.

A partir de ahora continuaremos describiendo el camino de aquellos que profundizan en su desarrollo personal y que no sucumben a los riesgos antes mencionados.

La gran pregunta

Como ya se ha mencionado antes la pregunta es realmente una transición que hace pasar de ¿Que tiene la vida para ofrecerme? a ¿Qué tengo yo para ofrecerle al mundo?

Esta cuestión se puede conjugar de varias formas:

¿Es esto lo que he venido a hacer a este mundo?

¿Quién soy, más allá de lo que hago o de lo que tengo?

Alcanzado lo que me había propuesto a nivel profesional , hay algo más que quiera hacer con mi vida?

¿Es esto lo que he venido a hacer a este mundo?

¿Quién soy, más allá de lo que hago o de lo que tengo?

Alcanzado lo que me había propuesto a nivel profesional , hay algo más que quiera hacer con mi vida?

La crisis de los cuarenta o midlife-crisis

De esta crisis se ha escrito mucho, siendo una de las más clásicas y a la que más películas se la han dedicado.

Al ser un periodo vital tan mencionado se ha recurrido a innumerables tópicos. Desde coaching biográfico trataremos de poder observarla desde una perspectiva no individualizada que hace que no nos libremos de las injusticias que acarrea toda generalización.

Como esta crisis se vive durante este septenio de una manera diferente entre hombres y entre mujeres se aborda en esta otra entrada

Lo personal se puede ver relegado por lo transpersonal

La persona cerca ya de los cuarenta años ha podido culminar su carrera profesional y, por lo tanto, no requiere ya de solo atenerse a su desarrollo profesional, dejando hueco para la parte personal y trascendental.

Generalmente no se retoman las vivencias religiosas que se tuvieron en la infancia si ha existido un abandono de esas creencias, sino que puede aparecer una búsqueda de lo trascendente más acorde con la conciencia adulta. Ya no se buscan creencias o costumbres heredadas, al menos de que a estas se las dote de un nuevo significado, sino que se liga uno a un camino más de búsqueda personal.

También existen personas que tras una profunda búsqueda no hallan las respuestas en lo trascendente y que se vuelcan en el conocimiento o en la ciencia, negando la existencia de otra realidad que vaya más allá de lo aparente y material.

Encuentro con el Yo profundo

En la búsqueda de lo trascendental el primer encuentro se tiene con el llamado Yo profundo o auténtico o Ser Esencia o como cada uno tenga a bien llamarlo. En este proceso uno despierta su consciencia y se da cuenta de su pertenecia a algo mas grande.

La forma o manera de sustanciar esto puede ser difrenets.

Hay quien encuentra su camino en la meditación o mindfulness, los hay que lo hallan en prácticas milenarias como el Yoga, el Tai-Chi o el Chi-Kung o quien se liga a una filosofía concreta o a una religión ya sea la de su familia, o una oriental….

Lo que siempre existe en una profunda búsqueda de la verdad siendo la confirmación de las certezas internas las que nos hacen salir de la crisis de mitad de la vida.

A veces aquellos que están viviendo este momento lo definen como sentirse más uno mismo.

Una nueva mirada

Otra de las nuevas sensaciones es la de comenzar a observar el mundo con otra mirada. Desde los acontecimientos universales hasta lo más cotidiano se puede observar con otra óptica.

Nuevas opciones

A partir de las de las preguntas arriba mencionadas y de las respuestas que se puedan dar desde la búsqueda de la verdad se toman una serie de opciones que se pueden sustanciar tanto en este septenio como en los siguientes.

Cambios de trabajo, hacia algo que sea más acorde con el propósito de vida o con los valores.

Cuando por alguna razón no se puede abandonar el trabajo se toman opciones de ocio diferentes de lo más variadas. Desde volver a bailar, a aprender a cocinar o apuntarse a un curso de Yoga o comenzar a escribir esas poesías que siempre rondaron mi cabeza.

Hacer de otra manera lo de siempre

Muchas personas alcanzan la capacidad de hacer nuevo lo de siempre y comienzan a actuar de manera diferente en su cotidianidad y se convierten en más amables con aquellos que les rodean

Aparición de nuevos compañeros de viaje

Ya se ha mencionado que la respuesta a estas preguntas existenciales es personal e intransferible. No porque mis amigos, familia o pareja traten de encontrar las respuestas, automáticamente lo hago yo.

Esto hace que en esta nueva vida aparezcan también nuevos compañeros de camino. Esto tiene el riesgo de que se rompan relaciones anteriores, tal y como se describe aquí más pormenorizadamente.

Existe también la posibilidad de retomar viejas relaciones que se habían abandonado hace tiempo y que se reencuentren por hallar afinidades comunes.

Buda

Si existe un ejemplo claro de persona que entra en una crisis existencial cambiando lo que le parecía predestinado, este es el de Buda. Ante de convertirse en El Iluminado era el príncipe Siddhārtha Gautama. Pero fue, a los 35 años, según el mito, tras un paseo donde se topa con la enfermedad, la vejez y la muerte, donde él decide cambiar de vida.

Más información acerca de los septenios

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Diferencia entre ambos sexos a la hora de afrontar el sexto septenio

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