Mantener una relación adulta, tercer orden de ayuda
Mantener una relación adulta, tercer orden de ayuda consiste en que dos persona puedan establecer un vínculo maduro considerando al otro a la misma altura.
Este orden resulta fundamental en cualquier acompañamiento, ayuda o terapia, como es el caso del coaching y del coaching biográfico en concreto.
En cualquier relación de Yo a Yo nadie puede estar por encima y esto debe quedar claro desde el principio en la llamada alianza de coaching. Ninguno debe sentirse en un plano distinto al otro.
Lo primero que detrás de muchas relaciones de ayuda existe la itención de que el ayudado ayude al ayudador a ayudar.
No querer ser el padre/madre de nadie
Todo el mundo tiene padre y madre.
Esto significa que nadie que no lo sea debería hacer ese papel, ni tampoco nosotros debemos permitirlo y mucho menos anhelarlo.
Joan Garriga describe en su libro ¿Dónde están las monedas? este hecho.
Es decir que ante la demanda de ayuda, nadie lo hará desde un rol de padre o madre.
Si no se mantiene una relación adulta
Cuando no se da una relación equilibrada y adulta en que las dos partes cumplan con el equilibrio del dar y el tomar pueden aparecer consecuencias no deseables.
En el ayudado
Puede reforzar un comportamiento de víctima y buscar a personas que le traten de una manera paternal.
Esto impedirá que él mismo se haga cargo de su desarrollo personal. Si está relación paternalista se consiente y se continúa con ella adelante, hará a esa persona cada vez más dependiente. Puede llegar a hacer que esa persona no busque compañeros de camino, sino padres o salvadores.
En el ayudador
Puede imbuirse de un halo de salvador que puede llegar a condicionar no solo esa relación, sino contaminar muchas otras.
Uno puede llenarse de un falso orgullo y creer que está ayudando-salvando a otros del desastre, cuando es hacia allí hacia dónde involuntariamente los está conduciendo.