El melancólico-sanguíneo resulta de la combinación de dos temperamentos polares. Se les puede acompañar para que armonizando ambos temperamentos logren ser grandes ayudadores.
Desde el coaching se puede acompañar a los melancólicos para ayudarles a desarrollar la compasión y la empatía que poseen en su interior.
El melancólico y el flemático se miran adentro, algo que enriquece la vida interna pero que debe compensarse con estímulos externos.
La mezcla de melancólico-colérico puede ser una compensación o puede ser una serie de bandazos entre dos polaridades.
El temperamento melancólico se caracteriza por un exceso de percepción de lo doloroso o que lleva a la persona al recuerdo del sufrimiento.