La ira puede aparecer en el cuarto septenio como fuego que permite metamorfosear lo que se ha aprendido y recibido hasta ahora.
Los ideales, pensamientos llevados al corazón, están presentes a lo largo de toda la vida, especialmente en tercer, cuarto y séptimo septenio.
La crisis de los talentos se presenta a principios del cuarto septenio. Para abordarla se puede buscar aquello en lo que somos capaces, disfrutamos, es rentable y bueno para el mundo.
La vida interna en el cuarto septenio hace que se recapitule y se asuman los riesgos con respecto lo que se está experimentando.
La vida externa en el cuarto septenio está llena de experiencias como el desarrollo de la vida profesional y la formación de la pareja.
El Cuarto septenio es un momento vital de gran movimiento tanto en el interior como en el exterior. Es el tiempo de acumular experiencias.