Aspectos externos del segundo septenio
En este segundo septenio el niño comienza a tener una vida exterior que va más allá de su hogar.
Aparición de la vida social en el segundo septenio
A partir de los seis-siete años el niño comienza a establecer lazos más firmes con personas de fuera de su entorno más cercano aumentando su círculo social más allá de la familia o de las personas que lo han cuidado. Es decir, establece unas relaciones de amistad y de igualdad con los que son sus compañeros.
La autoridad amada
Los niños a esta edad deben ser educados en una autoridad amada, que sea reconocida y venerada por ellos.
Exceso de autoridad
Un exceso de disciplina conducirá al niño puede hacer un niño temeroso. Miedo que le puede acompañar a lo largo de su vida si no se toma conciencia de él.
Dentro de este exceso de ordenes también se pueden encuadrar los mandatos.
Falta de autoridad
De forma opuesta, una falta de límites puede traducirse en inseguridad en sus relaciones o a que no aprenda a respetar a los demás.
Referencia del maestro
La mayor parte de las personas guardan en su memoria un maestro de la infancia. En ocasiones, recuerdan su severidad que ha dejado una huella difícil de borrar. Pero, lo más frecuente, sin embargo, suele ser un modelo positivo digno de admiración que se ha convertido en una referencia para su vida. Por eso Rudolf Steiner hizo un especial hincapié en que los maestros pudiesen ser lo que él definió como autoridad amada.
Primera diferencia de niños y niñas
No de la manera manifiesta que aparecerá en el siguiente septenio, pero desde este momento ya se puede observar ya un cambio de comportamiento entre los niños y las niñas. Mientras que los primeros suelen requerir mucha actividad física y la vida «hacia afuera»; las segundas se abren a la intimidad de una o dos amigas y comienzan a crear un espacio propio.
El movimiento y la conquista del mundo
Si algo caracteriza a los niños de esta edad es que no suelen parar quietos. Ni en su aspecto físico, ni en su intento por descubrir todo lo que les rodea. Tratan de explorar todo en su entorno, dado que se siente un individuo diferente a lo que le rodea. Al final del septenio aparece la idea de conquistar el mundo, interesándose mucho por las historias de héroes y por los periodos de la historia de grandes invasiones, como la época de los romanos, o las exploraciones de nuevas tierras y los viajes de aventuras.
Combatir la rutina
En este septenio es muy importante que se mantengan los ritmos higiénicos que dan seguridad al niño, pero que estos no se conviertan en normas inamovibles y en rutinas que apaguen la alegría del niño.
Encontrar las consecuencias de sus actos
Durante estos años los niños buscan las consecuencias de los actos, ellos requieren saber que aquello que realizan tiene una repercusión en su alrededor.
Por este motivo se necesitan dos cosas:
Que el niño sea reconocido en lo que hace. Muchos de los adultos que buscan un reconocimiento externo a todo que realizan tienen la herida de no haberse sentido mirados durante este septenio
Pero también requieren tener los límites claros. Estos deben ser puestos con todo el cariño, pero sin restar nada de firmeza, si no la persona tendrá una dificultad con la autoridad. Ya sea con el miedo a la autoridad, algo que le lleve a plegarse frente a ella o por el contrario se quedará en una rebeldía de no reconocer a quien en algún momento posea un cargo jerárquicamente superior en alguna organización o empresa.
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