Actuar desde el adulto, desde el padre o desde el niño
Para trabajar en la biografía deberemos observar y actuar desde el adulto y no desde el padre o desde el niño.
Con el presente artículo no se trata de trabajar el análisis transaccional desde la psicoterapia, sino de ver desde cual de estos roles o «estados del ego» observamos nuestra biografía.
Los tres estados de ego
Eric Berne definió tres estados del yo o del ego que se pueden encontrar en todas las personas.
Padre
El padre se basa en esa parte nuestra que analiza de una forma crítica. Analiza, juzga busca lo adecuado y lo correcto, conforme a las reglas.
Las dos polaridades que encontramos son el hiperprotector, que se relaciona mucho con el salvador del triángulo dramático, o el crítico negativo papel en el que se asemeja al papel de agresor. Ambos trataran de sacar la parte de niño de su interlocutor. Lo sano se encuentra, como siempre, en el término medio.
Niño
El niño vive instalado en lo emocional. Existe una versión en la que está sumido en la rabia convirtiéndose en un niño rebelde. O bien un niño atemorizado por la posibilidad de no ser querido adaptando un papel de sumiso. Cualquiera de las dos opciones puede resultar tóxico. Una persona que tiende a adoptar a el papel de niño buscará a personas que desempeñen el rol de padre.
Adulto
La manera más sana de mirar la biografía es la del adulto que ha hecho experiencia de lo que ha vivido. Es capaz de separar los hechos objetivos de las emociones y ha aprendido de ello.
Revisar la biografía desde cualquiera de esos tres personajes
Como coaches debemos acompañar a la persona a poder revisar su biografía desde su adulto, tratando de identificar y mostrar cuando la persona se desvía hacia su padre o hacia su niño.